27/8/10

APRENDER INTELIGENTEMENTE

Aquellos que están preocupados por construir

una sociedad global que aprende tienen que

desarrollar ellos mismos su propia resistencia,

sus recursos y su reflexión. Es una empresa

incierta y un reto. Pero no conozco ningún otro

más importante.

Guy Claxton, Aprender

El reto de aprender continuamente todos los días y a partir de todas las experiencias, a través de toda contacto humano, de toda lectura, en fin, de todo lo que los sentidos perciben de lo externo, ha sido la constante que más me ha preocupado durante mi trayectoria como estudiante y, ahora, durante mi labor como docente.

En un mundo “digital” como el de hoy día, encontramos que el aprendizaje va cambiando radicalmente. Parece ya no ser importante aprender a realizar operaciones aritméticas abstractas, pues ya hay aparatos tecnológicos que lo hacen y lo harán por nosotros, a niveles extraordinarios; ya no es necesario retener tal o cual información puesto que Google nos la ofrece en cuestión de segundos. Entonces, ¿qué es importante aprender el día de hoy? ¿Qué conocimientos son trascendentes para el desarrollo de las nuevas generaciones y para quienes nos estamos adaptando difícilmente a un mundo que cambia de manera tan vertiginosa? ¿Será que, más bien, debemos aprender no la información, sino a tenerla a la mano eficazmente y sobre todo a emplearla de manera que los retos de nuestros padres sean el pan de cada día para superar los nuevos retos, que son cada vez más grandes?

Personalmente he considerado siempre que la inteligencia del hombre no radica en cuánto conocimiento tiene de un área particular, sino en la experiencia que le ha generado el empleo de dicho conocimiento para los fines prácticos que el desarrollo de dicha área requiere. Es así que, preocupado por el desarrollo integral de las nuevas generaciones y habiendo tenido la oportunidad de haber trabajado como docente, compartiendo de manera satisfactoria los conocimientos adquiridos a través del estudio y la experiencia profesional, me encamino ahora en la búsqueda del perfeccionamiento de mi inteligencia y mis conocimientos para seguir realizando esta labor en una búsqueda por enseñar a mis estudiantes a discernir qué información es necesaria, aprenderla, aplicarla, mejorarla; tener mejores estudiantes, mejores profesionistas, mejores hombres y mujeres de valores integrales que tengan una imaginación atrevida capaz de detonar los cambios que nuestro país y nuestro mundo necesitan de manera tan urgente para evitar el colapso que vemos acercarse, aún lejos, pero muy rápidamente.

Siendo Licenciado en Música especializado en la ejecución de la Guitarra Clásica, mi verdadera vocación está en mostrar mi trabajo y compartir mi experiencia: sobre el escenario y dentro del aula de clase. Son mis satisfacciones más grandes y mis sueños más reales.

19/8/10

SUITE DE POEMAS SUELTOS I (2007)

I (Preludio)
Asómate por detrás de nuestros pasos;
veremos juntos el umbral del arcoíris
en que flotaban las lumbreras de tu tiempo;
savia multiforme,
riscos circundando cielos,
rostros sosegados,
rumbas fúnebres,
mapas de mares sin cosas,
nombres silentes,
montes nupciales...
Dime si ves lo que veo,
qué escuchas,
qué cuentos adivina el silencio,
qué lápidas clausura el tiempo.
Dime si sientes todavía el cuerpo
que borra dunas donde sangra el viento.
Dime si ves lo que escucho
detrás de nuestras voces,
toca las palmas de tus manos con un beso
y muéstrame el alba en tu regazo,
la alborada triste en que nació este sueño.

II
Rompes el silencio de mis maremotos
en un montón de susurros.

A manera de trazo indeleble
tu imagen.
A manera de paño
un jabón.

¿Por qué no me despiertas, de tarde,
para navegar tus alboradas
en un bote sin peces?

En el lago, arándano y cenizas,
velas de altamar que nos devoran
acurrucados bajo cadenas:
rígidas constantes sobre la memoria.

Con los ojos encallados,
palmas arriba cae la derrota.

III
Salto de un abismo a otro
sin pisar la tierra que perfuma los pies.
Refugiadas en la soledad
encuentro lumbreras
provenientes del bullicio,
de los labios de loto, tu esbelta mirada.
Decido colocar en tus oídos
los aguijones de mi voz.
Y no es tu reflejo
sino mi lengua, quien se ve herida
por la defectuosa corteza de mis intenciones.
Habría que desollarlas y cubrirlas con el néctar
que emerge de la ciencia con que me iluminas,
pálida serpiente de muslos dislocados.
El escabroso porvenir de tus juegos
desemboca en el silicio con que alumbro
los espejismos que manan de tu oleaje.
Los pinto con tinta informe, sospechosa.
Me encorvo más de la cuenta
detrás de los anteojos,
impávidos al ver lo que no creen;
lastimados los oídos por la melodía de tu boca
húmeda, depositada en mi derrota
para prolongar la nebulosa en que deambulo errante,
la escarcela en la espalda,
hacia la cumbre que busco pendiente abajo.
Tan sólo puedo mirar la ventana
sin que los párpados obstruyan un microsegundo de luz,
verla entreabrirse despacio
dando paso a la caperuza negra, silente;
o levantarme del diván olvidando las pantuflas,
elevar las manos a la altura conveniente
y cerrar la hendidura por donde penetra tu soplo,
helado, turbio,
esta madrugada.

IV
Qué nostalgia ésta
qué lágrimas descalzan la sonrisa
cuando momentos hubo esplendorosos
y el tiempo no pudo esperar más
para convertirlos en escombros

porque la memoria tiene abismos esféricos
en el umbral de la conciencia
allí donde se fundamentan
el gozo y la fuga de tiempo
enclaustrados en la materia del pensamiento

V (Desvarío)
Conozco las voces de las sirenas,
los peces que nos asfixian
dentro del escondite vago de auténticas mentiras
en el cual mi sombra se paranoia
y me pide, aterrada,
¡que me vaya!

1/8/10

MADRUGADA NUEVA

Esta noche fue de sol en mi pecho.
¡Qué cálido escudo me resguarda de mí mismo!
¡Cuán diáfana es la agonía al fusionar cardamomos y corales!
Incienso derretido en la falda del augurio.
Entronque deciso.
Bosque profundo.
Difunto perene.
Sea cual sea la gloria, llega en el momento justo,
llega porque tiene que desprenderse del siniestro laberinto
que confunde a los intrusos, a los no intrusos,
a los ciempiés.
Vamos caminando en soledad con los arbustos;
la madrugada se llena de brío encantador en unos ojos,
en la caricia de su mano que me diluye con humo.
Aurora que protege.
Valle escénico.
Valle elíptico.
Aurora que destierra.
Delirio que acoge.
Caribe y meseta.
No más tormento.
No más prisión.
No más desierto.